11 de enero de 2018

El mayor espectáculo del mundo

La historia del circo se remonta el legado cultural que nos dejaron algunas de las civilizaciones más antiguas. En estas sociedades, aproximadamente 3.000 años atrás, algunas de las actividades que hoy relacionamos como parte del espectáculo circense, como la acrobacia, el equilibrismo el o el contorsionismo tenían una utilidad que estaba íntimamente relacionada con la preparación de guerreros, rituales de ámbito religioso y con algunas prácticas festivas de la época.

Fueron los romanos quienes dieron el nombre circo a estas actividades de ocio. Tras la caída de estas civilizaciones -principalmente las occidentales-, las artes escénicas (teatro gestual, danza, gimnasia y circo) perdieron el interés de la sociedad. Posteriormente, ya en la Europa de la Edad Media, este tipo de espectáculos públicos comenzaron a ganarse nuevamente un espacio.

Fue ya en la época del Renacimiento, cuando los artistas con experiencia en los espectáculos circenses volvieron a tomar pueblos y calles de muchos países del continente europeo, ampliando con ello el status social de dicha cultura.

El circo moderno fue en realidad creado en Inglaterra por Philip Astley (1742-1814), un antiguo Sargento Mayor de caballería convertido en director de circo. Hijo de un ebanista, Astley había servido en la Guerra de los Siete Años (1756-63) como parte del 15 regimiento de los Light Dragons del Coronel Elliott’s, dónde demostró un notable talento como domador y entrenador de caballos.

Tras su graduación, Astley eligió imitar a los jinetes de espectáculos que actuaban con cada vez más éxito por toda Europa. Jacob Bates, un jinete inglés establecido en los Estados Germanos, realizó actuaciones tan lejos como en Rusia (1764-65) y América (1772-73), y fue el primero de ese tipo de artistas en dejar huella. Los imitadores de Bates habían llegado a ser habituales de los jardines y parques de Londres e inspiraron a Philip Astley.

En 1769, Astley se asentó en Londres y fundó una escuela de equitación cerca del puente de Westminster, en la que daba clases por la mañana y realizaba sus “proezas de equitación” por la tarde.

En esa época en Londres, el teatro comercial moderno (un término que englobaba todo tipo de artes escénicas) estaba en proceso de desarrollo. El edificio de Astley contaba con una pista circular, que él llamó el círculo, o el circo, y que más tarde sería conocido como el anillo. La pista de circo, sin embargo, no fue invención de Astley; fue ideada anteriormente por otros jinetes de espectáculos.

Además de permitir al público mantener la vista en los jinetes durante sus actuaciones (algo que era casi imposible si éstos se veían obligados a cabalgar en línea recta), correr en una pista circular también hizo posible, por la generación de fuerza centrífuga, que los jinetes mantuviesen el equilibrio de pie en la parte posterior de los caballos al galope.

El anillo original de Astley era de unos sesenta y dos pies de diámetro. Su tamaño finalmente se estableció en un diámetro de cuarenta y dos pies, el cual desde entonces se convirtió en el estándar internacional para todas las pistas de circo.


Por 1770, el considerable éxito de Astley como artista había eclipsado su reputación como maestro. Después de dos temporadas en Londres, tenía que incorporar algunas novedades a sus actuaciones. En consecuencia, contrató a acróbatas, bailarines de cuerda y malabaristas, intercalando sus actuaciones entre sus exhibiciones ecuestres.

Otra novedad añadida al espectáculo fue un personaje tomado del teatro isabelino, el payaso, el cual rellenaba las pausas entre las actuaciones con parodias de malabares, volteretas, baile de cuerda e incluso trucos de equitación. Con ello, el circo moderno (una combinación de exhibiciones ecuestres y demostraciones de fuerza y agilidad) había nacido.

Originariamente, las actuaciones de circo se realizaban en edificios de circo. Aunque en un principio con frecuencia eran estructuras temporales de madera, todas las ciudades importantes de Europa pronto tendrían al menos un circo permanente, cuya arquitectura podía competir con los teatros más extravagantes.

Aunque los edificios serían la configuración elegida para los espectáculos de circo en Europa hasta bien entrado el siglo XX, el circo iba a adoptar un formato diferente en los Estados Unidos.


A principios de siglo XIX, los Estados Unidos eran un nuevo país en desarrollo con pocas ciudades lo suficientemente grandes como para mantener circos fijos por largas temporadas. Por otra parte, los colonos estaban empujando constantemente la frontera americana hacia el oeste, estableciendo nuevas comunidades en un proceso de expansión inexorable. Para llegar al público, los artistas no tenían más remedio que viajar ligero y rápido.

En 1825, Joshuah Purdy Brown (1802?-1834) fue el primer empresario de circo en cambiar la construcción de madera de costumbre por una tienda completamente de lona, un sistema que se hizo habitual a mediados de la década de 1830.

J. Purdy Brown venía de la región de Somers, Nueva York, dónde un ganadero llamado Hachaliah Bailey (1775-1845) había comprado un joven elefante africano, el cual exhibió con gran éxito por todo el país. Pronto la suma de otros animales exóticos dio lugar a la creación de una auténtica colección de fieras ambulante.

La prosperidad de Bailey convenció a otros agricultores de la zona de Somers para entrar en el negocio de la casa de fieras ambulante (en las cuales algunos añadieron actuaciones de circo).

En 1835, un grupo de 135 agricultores emprendedores y propietarios de casas de fieras, la mayoría de ellos procedentes de las inmediaciones de Somers, unieron sus fuerzas en la creación del Instituto Zoológico, un consorcio que controlaba trece zoológicos y tres circos afiliados, monopolizando de ese modo el circo ambulante del país y el negocio zoológico.

Así, surgió el carácter único del circo americano. Era un espectáculo itinerante en tiendas de campaña junto con una colección de animales salvajes dirigido por hombres de negocios, un modelo muy diferente al de los circos europeos, que en su mayor parte permanecieron bajo el control de las familias que actuaban.


Fuentes:
* https://www.juegosmalabares.com/blog/historia-circo
* http://www.quo.es/tecnologia/los-origenes-del-circo


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